Emisión de enero de 1941:

   “Ha hablado el Presidente de los Estados Unidos de América. El mundo está aún bajo el efecto de su histórico discurso. Es el discurso de un hombre de Estado, probablemente del mejor, más claro y sabio de todos los que hay hoy en el mundo, y no el de un fanático poseído de perversos y oscuros instintos. Esa oración ha confirmado, con las palabras más severas y categóricas, lo que yo he venido diciendo en los mensajes que procuré hacer llegar a vuestros oídos, a saber, que la paz de Hitler y la ordenación del mundo a base de esclavizamiento y cinismo, concepción hija de una cerebro torvo y morboso, jamás serán aceptadas, toleradas, soportadas; que la humanidad no habrá de inclinarse ante eso. El Presidente ha proclamado el estado de “unlimited national emergency”, esto es, ha llamado a la gran democracia que conduce a la unión y a la preparación militar contra el enemigo exterior, que es el enemigo de todos los hombres de buena voluntad, y a proclamado de forma inequívoca que jamás se concluirá una paz con Hitler, una llamada paz negociada con los actuales gobernantes de Alemania, pues eso significaría pura y simplemente la victoria del mal y de la infamia y la muerte de la libertad y de la dignidad humana».

» Lo que presumíais, ahora ya lo sabéis de fijo. No tendréis paz, jamás, mientras sigáis luchando por esa pandilla asesina que os tiene bajo su férula. Proseguirá sin fin ni término, año tras año, la espantable aventura en que esos miserables os han enredado. Por mucho que se os trate de engañar, habréis de reconocer que la victoria final de Hitler se ha alejado más que nunca por razón de haber echado Norteamérica todo el peso de su poderío…»

“…Pero el Presidente Roosevelt no sólo ha rechazado, en nombre de Norteamérica y del mundo anglosajón, una paz que no tuviese en cuenta la dignidad del hombre…sino que ha desechado el tipo de paz que existió entre Versalles y la aparición del tercer Reich. Ha declarado explícitamente que no debe volver una situación mundial en que pueda germinar otra vez la semilla de un nuevo Hitler y engendre nuevas catástrofes…La revolución de Hitler es un puro embeleco; él no es un revolucionario, sino sólo un bandido que se aprovecha de una crisis mundial que ha de conducir a los pueblos a una nueva y más elevada etapa de su formación y mejora social…”

 Emisión de marzo de 1941: (a partir de ésta emisión grabadas por el propio Thomas Mann)


     “…Ahora vais a oír mi propia voz. Es la voz de un amigo, una voz alemana; la voz de una Alemania que aparecía y tornará a aparecer ante el mundo con un rostro muy distinto del esa horrible máscara de Medusa que el hitlerismo le ha sobrepuesto. Es una voz admonitoria; el preveniros es el único servicio que un alemán como yo puede hoy prestaros; y cumplo ese deber grave y hondamente sentido aunque sé que no se os puede hacer advertencia alguna que no se os haya hecho tiempo ha, que no está viva de mucho atrás en vuestra inteligencia y vuestra conciencia, las cuales, en el fondo, no se dejan engañar.”

“…los ingentes recursos norteamericanos se van poniendo a disposición de los ingleses en su lucha por la libertad; y ello, sencillamente, porque este país se ha dado perfecta cuenta de que la lucha que Inglaterra sostiene es también la suya. ¿Os habéis enterado de que el proyecto llamado de préstamo y arrendamiento, la ley que autoriza la más vasta ayuda a la Gran Bretaña, ha sido aprobado también por el Senado de los Estados Unidos por considerable mayoría? No estáis sólo en guerra con el Imperio inglés sino que, de hecho y en verdad, hoy lo estáis también con Norteamérica y no es preciso deciros, porque lo sentía vosotros mismos, que vuestra situación se torna cada día más angustiosa y difícil. ¿Qué va a ser de vosotros? Si perdéis, todos los espíritus de la venganza se lanzarán en contra vuestra por lo que habéis hecho contra los hombres y los pueblos.”     (Escrito en marzo de 1941 cuando todavía faltaba que se cumpliera el genocidio de los pueblos soviéticos)

“…Por muy escéptico y pesimista que se sea respecto a la historia y a la humanidad, no hay quien pueda creer que el mundo aceptaría el triunfo final del mal y que toleraría el verse convertido en un campo de concentración…” “…A la resistencia de Inglaterra, la ayuda que Norteamérica le presta la califican vuestros dirigentes de “prolongación de la guerra”. Ansían la “paz”. Ellos, cuyas manos chorrean sangre de su propio pueblo y de los otros, se atreven a pronunciar esa palabra…con un Hitler no hay paz alguna, porque es esencialmente incapaz de paz y porque esta palabra en su boca no es sino una torpe y repugnante mentira, por lo demás como todas las palabras que ha pronunciado. Mientras existan Hitler y su régimen de incendiarios, vosotros, alemanes, jamás tendréis paz. Habrá de proseguir sin cesar, como ahora, realizando sus inútiles fechorías, aunque sólo sea para ahuyentar los espíritus de la venganza, aunque sólo sea para que el odio que crece en proporciones terribles no os envuelva…”

 Emisión de junio de 1941:

 Se refiere en primer lugar al cierre de consulados norteamericanos en Alemania y al bloqueo de créditos alemanes en los Estados Unidos; aclarando que en primer lugar el gobierno norteamericano decidió cerrar los consulados debido a las actividades de espionaje que ejercían.

  “…los Estados Unidos desde hace tiempo se hallan moralmente en guerra con Alemania, y a estas alturas, también de facto. Como el insensato señor Lindbergh es, por casualidad, el más conocido de los norteamericanos, se os da a conocer extractos de  sus discursos, en que propugna una paz de transacción con Hitler, presentándolo como la voz de Norteamérica. Y no es así. En la democracia norteamericana existe la libertad de palabra y se respeta a la oposición. Cuando el Coronel apaciguador reparte 17.000 entradas gratuitas, reúne 20.000 espectadores que aplauden, lo cual no es una gran cosa dadas las dimensiones de éste país y ni los discursos ni los aplausos ruidosos significan gran cosa. La verdadera voz de América es la del Presidente Roosevelt, cuya reelección por su pueblo para conducir al país en los próximos años es, acaso, el acontecimiento más decisivo de esta guerra. Estoy seguro de que se os ha ocultado el mensaje que hace algunos días dirigió al Congreso, luego del despiadado hundimiento del barco “Robin Moor” y que luego envió al gobierno alemán en lugar de una nota diplomática…El Presidente ha expresado textualmente:

“El total desprecio de los más elementales principios del derecho internacional y de humanidad ha caracterizado el hundimiento del “Robin Moore” como la acción de un delincuente internacional…Los actuales conductores del Reich alemán no han vacilado en realizar actos de crueldad y muchas otras formas del terror contra seres inocentes y desvalidos de otros países. Nuestro gobierno tiene que pensar que el gobierno del Reich se propone, mediante la comisión de tan viles actos de persecución contra gente desvalida e inocente, hombres, mujeres y niños, amedrentar a los Estados Unidos y a otras naciones, a fin de hacerlas adoptar una política de no resistencia a los planes de conquista mundial, conquista basada en la violación del derecho y el temor en la tierra, y en la piratería, en el mar. Sin embargo, el gobierno del Reich puede estar seguro de que los Estados Unidos no se dejarán intimidar con el terror ni aceptarán los planes de dominación mundial que los actuales dirigentes de Alemania aspiran a realizar”

Menciona el ataque de  Alemania a Rusia. Además del hundimiento del “Robin Moore” se debe recordar el hundimiento del “Panay” en China  en diciembre del 1937 el cual, junto con otras agresiones a EEUU, Gran Bretaña y otros países europeos practicadas en  China formaban un conjunto deliberado de ofensiva para amedrentar a esas potencias o empujarlas a la guerra contra el Japón.

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“…Hitler ha declarado la guerra a Rusia, por lo cual Alemania…viene a verse enfrente…de Inglaterra, Rusia y Norteamérica. Estamos ante una nueva serie de gloriosas atrocidades motorizadas. Acaso sirvan ellas para acelerar la marcha del destino en un sentido venturoso; pero, por desgracias, lo más probable es que sólo contribuyan a prolongar la guerra y, de esta suerte, demoren por muchos años el establecimiento de un orden humano sobre la tierra…

 Emisión de julio de 1941:

 “La alianza de  Inglaterra con el pueblo ruso no dejará de causar impresión en vosotros, sobre todo el compromiso de que ninguno de los dos países hará una paz por separado. En la alianza entran asimismo los Estados Unidos… El terrorista que os rige sabe hoy que su intento de ganarse el mundo para ese “orden” suyo, presentándose como el salvador de la civilización contra el bolchevismo, ha fracasado ruidosamente…él, naturalmente, no salva a nadie de nada. No es más que el enemigo de la humanidad y justamente de él hay que salvar al mundo. El pueblo alemán debe saber, y nunca se le repetirá lo bastante, que bajo su régimen actual no conseguirá jamás la tranquilidad ni la paz. Esta guerra proseguirá año tras año mientras el individuo Hitler, su bestialidad y todo su sistema no sean desarraigados de la superficie de la tierra. No hay otra solución…” ¡Despierta Alemania!” Con este señuelo se os atrajo una vez a la funesta ilusión del nacional-socialismo. Pero más piensa en vuestro bien quien os exhorta diciéndoos: “¡Despierta Alemania! ¡Despierta a la realidad, a la sana razón, a ti misma, al mundo de la libertad y del derecho que te espera!”

 Emisión especial de agosto, 1941:   (como se puede ver en todas la alocuciones el autor pone el dedo en la llaga y menciona las cosas de frente y sin medias tintas)

   “El mayor beneficio moral que se puede hacer al pueblo alemán es contarlo entre los pueblos oprimidos. Pues, ¿cuál sería la sentencia que correspondería a Alemania y qué esperanzas pudieran tenerse respecto a su futuro si los crímenes que lleva a cabo bajo su actual régimen fueran realizados con  plena libertad y clara conciencia?”…”…el hecho de que os pongáis a escuchar  es ya un acto de resistencia espiritual contra el terror de Hitler…”…” En Rusia la juventud alemana se desangra; vuestro conductores reconocen que esta campaña durará todo el invierno…”  “…Vendrán cosas terribles sobre Alemania si la guerra prosigue un año o dos más; y estad ciertos que proseguirá, pues el que vayáis a vencer a la inmensa porción de la humanidad que se opone a los planes de  Hitler, es cosa que ni vos mismos creéis  ya…”  “…debéis probar eso que el mundo quiere creer, aún, a saber, que el nacional-socialismo y Alemania no son una y la misma cosa. Si seguís con Hitler, en las buenas y en las malas, hasta el final, irá surgiendo un afán de venganza ante el cual todos los que desean el bien de Alemania pueden temer lo peor. “

Emisión agosto de 1941:

  “Discútese hoy en el mundo si cabe en realidad establecer una diferencia entre el pueblo alemán y los poderes que hoy os dominan y si Alemania podría intervenir honorablemente en el nuevo ordenamiento mundial, fundado en la paz y la justicia, y con avances sociales, que habrá de salir de esta guerra.”  (Lo resaltado es nuestro)  Para esta misma época hablaban ya de avances sociales T.Mann en USA y Harold Laski en Inglaterra por citar sólo dos ejemplos… Ninguno de los dos se habrá asombrado, como tanta gente lo hizo, del triunfo del Laborismo en 1945.   Respecto a la génesis del nazismo hay que tomar nota de la sinceridad en la apreciación histórica cuando escribe:

 “Reconozco que lo que se llama nacional-socialismo tiene amplias raíces en la vida alemana. Es la forma virulenta de degeneración de ideas que llevan siempre en sí el germen de lo criminal y que no eran del todo ajenas a la vieja Alemania de la cultura. Vivían en ella bajo muy gentil disfraz; se llamaban “romanticismo” y resultaban en buena parte gratas y seductoras para el mundo. Estas ideas han venido a degenerar y hacerse más peligrosas en la mollera de Hitler. En cuanto se unieron con las extraordinarias capacidades desarrolladas por los alemanes en esta época de la técnica, llegaron a constituir una mezcla explosiva que amenaza a toda la civilización. La historia del nacionalismo y racismo alemanes, que desemboca en el nacional-socialismo, es una larga y fatal historia; extiéndese muy hacia atrás; al principio es muy interesante y luego se va haciendo cada vez más vulgar y espantosa. Pero confundir esa historia con la del espíritu alemán, y unirlas en una sola, entraña manifiesto pesimismo y sería un craso error que pudiera ser peligroso para la paz…”  “…Política de poder significa para los alemanes deshumanización: el hitlerismo, ese terrible arrojarse por la ventana, lo demuestra. Es la histérica supercompensación de una carencia de la que el alemán nunca se sintió lo bastante orgulloso”

   Si alguien quiere creer que estas palabras son de un pesimismo emigrado, hay que consultar sobre el tema a  la obra monumental de León Políakov “Historia del antisemitismo”, tomo III: “El siglo de las luces”, Buenos Aires; Editor, proyectos editoriales, 1988, capítulo “Alemania- La buena Alemania”, página 160:  

        “Ya nos hemos referido a la tendencia de los europeos del siglo pasado a sobreestimar la

sangre germánica en virtud de oscuras reminiscencias que se remontan a la época de las invasiones bárbaras. Si tenemos en cuenta que tanto los autores franceses como los españoles reconocieron la superioridad de la sangre franca o visigoda, el fenómeno adquiere toda su significación y es más fácil entender la intermitente megalomanía alemana. Huelga decir que al este del Rin estos apologistas fueron aún más numerosos, sobre todo en la Edad Media cuando los objetivos y los deseos se insertaban en un contexto rico en herejías maniqueas, sueños de cruzadas, ambiciones de dominio universal, incitaciones a las matanzas y a los pogroms. (Sobre este tema véase la obra de Norman Cohn, Les fanatiques de l’Apocapypse, París 1963) Estos sueños estarían siempre presentes en el mundo alemán: Grimmelshausen, el autor más popular del siglo XVII les dedicó un capítulo entero en su Simplius Simplicissimus”

   Luego de desarrollar la ideología y moral del luteranismo, la obediencia al Estado, a Kant,

que en su Metafísica de las costumbres señala que la sumisión a la tiranía constituye un deber absoluto, Poliakov propone que:

 “…Estos podrían ser los orígenes ideológicos de la irresponsabilidad política; en el plano psicológico la austeridad de esta doctrina reflejaba las contradicciones de tipo sadomasoquista del carácter nacional, las justificaba y las exacerbaba. Círculo vicioso que ensombreció trágicamente muchas existencias, tema inmenso, de infinitas variaciones y comparación tal vez discutible entre la tragedia individual y tragedia colectiva; pero esta comparación acaso sea el único elemento capaz de iluminar la interpretación del psiquismo colectivo y del devenir histórico. Por lo demás la historia alemana a menudo basta para ilustrar por sí misma esta cuestión y para justificar esta comparación”

         .

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Emisión septiembre 1941:

   “…El pueblo alemán teme que, si abandona a sus señores de la guerra, sufrirá aquello que sabe que los nazis, en el caso de su victoria, impondrían a los otros: El aniquilamiento. Cada día la propaganda de Goebbels le grita en los oídos: Si no vencéis, seréis aniquilados. No tenéis otra elección que una absoluta victoria o la ruina…”  “…Pensar que Inglaterra, donde, en medio de la guerra se realiza acaso la más trascendental revolución social de su historia, o que los Estados Unidos de Franklin Roosevelt pueden abrigar propósitos de aniquilamiento de ninguna especie, sea en lo económico, en lo político y, no digamos en lo físico, es un absurdo desatino”

“…Himmler…ha manifestado sin rebozo, que exterminará  físicamente y por entero a la nación checa, si no se doblega sin rechistar al yugo de la raza superior, y todo lo que sucede en los territorios sometidos, en esos infernales gobiernos generales y protectorados, tiende, en efecto, por modo consciente, a la ruina biológica y moral, a la castración espiritual –y en muchos casos no sólo espiritual- de los pueblos. Los nazis por qué sólo les permiten a sus víctimas recibir todo lo más una  enseñanza elemental y en todas partes se valen de la primera ocasión para cerrar las universidades. Los altos centros de enseñanza e investigación fomentan el sentido de la dignidad humana y de la libertad; forman hombres que pueden llegar a ser los conductores de su nación contra sus opresores; la política de los amos, de los nazis, política de infamia sin ejemplo, no puede tolerarlos. Ahí tenemos la respuesta de esos amos a la petición de los checos de que se les permitiera reabrir la universidad de Praga. “Si perdemos la guerra”, rezaba dicha respuesta, “volveréis a abrir vuestra universidad. Si vencemos, no necesitáis universidad”

“…No hablo de  los “hechos consumados” que han realizado en contra de los polacos y judíos. Ellos forman parte de los motivos por los que, después de esta guerra, no tendrá nada de agradable el ser alemán. Pero no quiero pasar por alto cierta declaración que hizo una destacada autoridad nazi y que se refiere a Francia. “Haremos de París”, decía dicha declaración, “el Lunapark y de Francia el lupanar y el huerto de la Europa germana”.  ¿Puede alguien imaginarse más desvergonzada grosería? Es verdad que en 1940 Francia se encontraba en una lamentable situación moral. Su burguesía estaba inficionada de fascismo, sus generales y una parte de sus estadistas eran unos traidores, enemigos de su pueblo; la tercera República estaba podrida y madura para su caída; el vencerla no costó, por eso, gran cosa. Pero esa estúpida  jactancia que supone el pretender reducir a una nación de la categoría histórica de Francia, al papel que según la susodicha declaración se le tiene preparada –y que, de cierto, se le impondría si Hitler llegara a vencer- esa jactancia de analfabeto, que implica no tener la menor noción de lo que, a pesar de todo, es y significa la palabra Francia, esa jactancia, decimos, es cosa que en verdad, clama al cielo y pide venganza. El genio de Europa se opondrá a un nuevo orden basado en tamaña villanía» (Lo resaltado es nuestro)

 (Ay, el genio de Europa, la “Europa suicida” de que habla León Políakov en su obra, ha permitido desatarse ya dos guerras mundiales…)

 “Hitler ha sido a veces comparado con Napoleón, comparación a mi ver, improcedente y superficial. El corso era un semidiós al lado del sanguinario farsante que vosotros, alemanes, durante algún tiempo tuvisteis por un gran hombre; y la dominación universal con la que el hijo de la revolución amenazaba entonces era una cosa inocente, e incluso hubiese sido una cosa beneficiosa, en comparación con el repugnante horror que Hitler instauraría. Pero oíd los versos con que Goethe, después de la caída de Napoleón, condenó por adelantado en “el despertar de Epiménides” la aventura de Hitler:

           ¡Ay de aquel que, mal aconsejado

           e impulsado por un desaforado cinismo,

           quiera hacer como alemán

           lo que el franco-corso hizo!

             Tarde o temprano descubrirá

           que hay una norma eterna:

           por mucho que sea su poder y su afán

          él y los suyos terminarán mal»

(Esta Parte 6 del Tema Histórico “Thomas Mann, escritos políticos” contiene citas de: Thomas Mann, “Oíd alemanes”, Buenos Aires, Editorial Nova, 1945, traducción de Luis Tobío, Colección El labrador)