Título original: “Reflections on the revolution of our time”, traducción directa del inglés por José Otero Espassandín. 3º edición, Buenos Aires, Editorial Abril, agosto de 1946; el prefacio fue escrito en noviembre de 1942 en Essex, Inglaterra.
Contenidos: Discusión del papel jugado por el “miedo” como factor psicológico en las decisiones de los actuales dirigentes. Original análisis de la Revolución Rusa. El fascismo como contrarrevolución: su naturaleza y psicología. La contrarrevolución como resultado del choque entre capitalismo y democracia.
Capítulos: “Sobre el espíritu de la época”, “La revolución rusa”, “Significado del fascismo”, “Las democracias acorraladas”, “Las condiciones internas de la democracia”, “El aspecto internacional”, “La amenaza de la contrarrevolución”, “Libertad en una democracia planificada”: donde Laski no duda en afirmar: “Nos hallamos en medio de la crisis más profunda que ha conocido nuestra civilización, al menos desde la Reforma y tal vez desde la caída del Imperio Romano”. Mientras Laski escribía el prefacio en noviembre de 1942 el destino del mundo se jugaba en el frente ruso y los norteamericanos habían pasado ya de su Midway. El parangón es enorme: frente ruso, el Pacífico y Laski produciendo estos ensayos con certidumbres de porvenir e incertidumbres por la lógica marcha de la guerra : “Laski did it” ( en el sentido de la referencia al general Doolittle después de la incursión de bombardeo a Japón en el ’42: “Doolittle did it”).
Párrafos del prefacio: “…tenemos que encarar el hecho de que la victoria de la democracia política sobre el peligro exterior que la amenaza es una fase solamente y no el fin del proceso…sin ella no sería necesario considerar el futuro de las instituciones democráticas. Pero el derrocamiento del nazismo todavía deja subsistente en toda su formidable complejidad el problema del cual el nazismo ha nacido; deja intacta la armazón mental de las clases gobernantes de cada democracia que permitió a las mismas acomodarse al hitlerismo, justamente porque no estaban dispuestas a aceptar las implicaciones sociales y económicas de la democracia. Los estadistas ingleses no supieron abordar las innovaciones que se les presentaron, ni con seguridad, ni con coraje. Por un lado se hallaba la URSS, consciente de su creciente poderío y edificada sobre cimientos, que acertados o no, se hallaban en el polo opuesto de la experiencia y la fe inglesas; una URSS empero, cuyo primario interés, como consecuencia de su primaria necesidad, era la paz…el gobierno inglés sacrificó Abisinia y Albania a Italia. Permitió que la República española fuese víctima de los dictadores fascistas. Ofrendó a la democrática Checoeslovaquia en el altar de la ambición de Hitler…el argumento que sólo una técnica de seguridad colectiva salvaría a Europa de ser comida por los dictadores…no mereció su atención…el resultado de la incapacidad del gobierno inglés de prever las consecuencias de su política fue la conclusión de un pacto de no agresión entre Alemania y la URSS… La barbarie de la Alemania nazi fue exhibida plenamente en el trato dado a sus opositores alemanes entre 1933 y 1939; después de la declaración de guerra el barbarismo se extendió a los opositores del exterior. Pocos hombres de estado de primera categoría –Churchill, el presidente Roosevelt y Stalin son honrosas excepciones- se dieron cuenta de que era barbarie hasta el estallido de la guerra…muchos de los patrocinadores de la amistad entre Inglaterra y la Alemania nazi, estaban dispuestos a denunciar a Churchill como a un traficante de la guerra cuando llamó la atención sobre las palmarias implicaciones de la política de Hitler. Y las mismas personas que sentían entusiasmo por la amistad de la Alemania nazi -en cuyo salvajismo no veían obstáculo alguno para una alianza- fueron implacables en sus denuncias de las inenarrables atrocidades del régimen soviético, que no vacilaron atribuir, hasta el 22 de junio de 1941, al carácter incivil de la naturaleza humana rusa”.
Escrito en 1942 tiene su vigencia al presente, cualquier fecha que tenga este presente: según ciertos historiadores-publicistas la cifra de asesinados por Stalin antes del inicio de la guerra era de 15 millones de personas, después subió a 20 y más tarde… a 50 millones: todo para relativizar los más de 20 millones de ciudadanos soviéticos asesinados entre 1941 y 1945. Y hay mucho que escribir y debatir sobre los eternos estereotipos del “misterio ruso”, del “alma oscura e imprevisible de los rusos”, de su “desprecio por la vida humana” (en definitiva no parecen ser como los demás humanos…)
Siguiendo con Laski:
“La otra cosa importante que debe ser tenida en cuenta es que nunca la contra-revolución fue capaz de limitarse dentro de las fronteras de sus países de origen. Hombres de estado y publicistas han sostenido que era un fenómeno que sólo debía preocupar a los países donde se había entronizado en tanto no se convirtiese en artículo de exportación; y así incluso Churchill ha amontonado elogios sobre Mussolini. Cuando las condiciones internacionales de la contra-revolución llegaron a ser amenazantes, los estadistas democráticos agotaron todos sus recursos en el intento de apaciguar a sus líderes, pocas cosas parecen más irónicas ahora que el anuncio de Chamberlain, después de Múnich, de que había encontrado la fórmula de la “paz para nuestro tiempo”. El hecho, por descontado, era que la contra-revolución requiere la guerra como la ley de su propio ser, y que, por lo tanto, ningún estado puede permanecer indiferente ante la misma; y el hecho era también que, puesto que la contra-revolución crece y decrece en un mundo unificado por la naturaleza del mercado internacional, su vida depende, en el período durante el cual prepara la guerra, de las relaciones comerciales que puede organizar.”
“Es significativo aun, que al estado bolchevique no se le reconociera en EEUU hasta que la crisis económica llevó a la Casa Blanca al Presidente del New Deal. Y aunque el tratado Anglo-Ruso cuenta con la sincera aprobación del Presidente Roosevelt, no está aparejado con un Tratado Ruso-Norteamericano principalmente porque los recelos de los ciudadanos de este país hacia el comunismo hacen que resulte incierto al menos que en el Senado pueda obtenerse su aprobación. Incluso las organizaciones obreras de EEUU comparten dichos recelos: la Federación Americana del Trabajo ha rehusado unirse al Consejo Anglo-Ruso de las Trade Unions. Es legítimo esperar, a mi juicio, que un gobierno norteamericano que prosiga la política progresista encuentre relativamente fácil colaborar con Rusia. Pero unos EEUU que volviesen a la atmósfera en que, como bajo Coolidge y Harding, la Casa Blanca fuese un anejo de Wall Street, encontraría difícil dicha colaboración, en la medida en que el experimento socialista en Rusia tuviese éxito.
Porque exactamente como, antes de la guerra, el bolchevismo fue considerado un desafío al estilo de vida capitalista, del mismo modo, después de la guerra, se considerará un reto contra el cual, en nombre de los intereses en litigio, habrá que tomar precauciones. Sin duda ocurrirá otro tanto del lado ruso; pues el ataque alemán no es, después de todo, otra cosa que el intento de la contrarrevolución de destruir la fuente principal de las ideas revolucionarias. Con la derrota de Hitler, una Norteamérica gobernada por los grandes empresarios se convertiría muy pronto en el foco de la contrarrevolución y, con ello, propugnaría en todas partes por una política necesariamente hostil a los objetivos mundiales que una Rusia socialista debe procurar promover”. (¡Escrito entre l942 y l944, publicado en 1944!)
De “La amenaza de la contrarrevolución”: “…debo destacar…la falsedad del argumento que pretende hacer del fascismo, en sus varias formas nacionales, y del bolchevismo, dos aspectos gemelos del mismo principio. Y es falso por un número de razones. En primer término confunde lo superficial con lo fundamental. El hecho de que fascismo y bolchevismo surjan de una situación en la que las aspiraciones de las masas son el fenómeno sobresaliente, no justifica su identificación. Sin duda el bolchevismo ha sido cruel, y muchos de sus métodos de propaganda han sido adaptados a los fines fascistas.
También es cierto que parte del idealismo del primitivo movimiento bolchevique se ha perdido al ser aplicado a una civilización semioriental, compuesta principalmente de analfabetos, rodeada de enemigos y que para su propia protección por este proceso estaba llamado a ser dura, incluso cruel. Pero no la juzgaríamos racionalmente, a menos que recordemos que, sin esta disciplina, Rusia sería hoy el latifundio de la contrarrevolución y ésta se hallaría muy adelantada en el camino de la dominación mundial a que aspira. Es de tener en cuenta el hecho fundamental de que nada hay en la naturaleza del estado bolchevique ajeno al ideal democrático. La realización de dicho ideal ha sido entorpecida principalmente porque el experimento bolchevique…no se realizó, en ninguna de sus fases, en una atmósfera de seguridad. Sólo en la medida que las tensiones que han rodeado su desarrollo desaparezcan, podrá revelarse su verdadero carácter de genuina aspiración a la democracia, aspiración -no debe pasarse por alto– basada en condiciones que son nuevas en la historia del mundo”.
Para tener una idea de la magnitud de este trabajo puede ayudar transcribir una síntesis del sumario:
Capítulo I: Sobre el espíritu de la época: causas de la crisis contemporánea, reforma del principio de soberanía, de la educación, renacimiento del espíritu religioso, abandono del intervencionismo económico, vuelta al imperio de la ley. Miedo e inseguridad características de épocas revolucionarias, consecuencias: hostilidad a las reformas, apaciguamiento y agresiones, efectos del miedo y la inseguridad en la política exterior rusa. La clase media y su concepción de la democracia y el orden social, su incapacidad para llevar a cabo reformas y la solución totalitaria.
Capítulo II : La revolución rusa: revolución rusa y francesa; causas del advenimiento bolchevique; etapas de la revolución; efectos en la mujer, la educación, ciencia, economía, administración judicial. El precio de de las conquistas de la revolución.
Causas internas de la dictadura y técnicas bolcheviques, causas de la dictadura del partido comunista; los procesos, la autocrítica, la actitud internacional, posición del Comintern y de los partidos comunistas en el mundo.
Exigencias de la revolución y limitaciones de la libertad individual, condiciones para la eliminación del régimen dictatorial, impacto de la revolución sobre la sociedad contemporánea, los errores de los partidos comunistas, futuro del régimen.
Capítulo III: Significado del fascismo: características, monopolios capitalistas, factores psicológicos, los errores de las izquierdas, evolución fatal de la política fascista: prestigio nacional, armamentos, agresión.
La conquista exterior, condición de su existencia, principios de acción. Causas locales en Italia y Alemania, aspecto de los dictadores, Hitler y Mussolini y su técnica. El carácter irracional del fascismo y su negación de la legalidad, pretensión de raíces ideológicas y filosóficas, no resuelve sus propias contradicciones, la ceguera de los “apaciguadores” y su causa, la alianza de la burguesía con los forajidos.
Carisma del dictador, el poder sin moral, ritos, desfiles, mitines, condiciones del derrocamiento del Estado totalitario.
Capítulo IV: Las democracias acorraladas: el período l9l8-1939, paralelo con revolución francesa, el New Deal y contradicciones del sistema. Las clases dirigentes de las democracias frente a la guerra y el fascismo. La traición de los gobernantes franceses y su repercusión en el mundo. Carácter de la adhesión al principio democrático de las clases gobernantes aliadas, limitaciones y fines de la guerra. La Inglaterra “tradicional” y su contradicción con los ideales democráticos; necesidad de superación de las contradicciones en el desarrollo histórico. Inglaterra: partidos políticos, reformas sociales y dificultades en su extensión..
Capítulo V: Las condiciones internas de las democracias: las dos guerras mundiales: final de una época. Planificar para la democracia, condiciones legales, políticas, psicológias, económicas, la planificación importa un cambio en la relaciones existentes de producción, sociedad planificada a efectuarse antes del fin de la guerra. Problemas y la psicología de la postguerra :impedimentos de la transformación pacífica de la estructura económica, la alternativa sería la vuelta a alguna especie de fascismo. Las dos condiciones del mantenimiento de la democracia en Inglaterra y los EEUU; sólo las condiciones psicólogicas de tiempo de guerra permitirían llevar a cabo la revolución por consentimiento. Secularización de la vida social: decadencia de la fe religiosa, creciente carácter religioso de los partidos políticos. Renacimiento de la fe y liberación de fuerzas productivas. Limitaciones a la libertad en la sociedad actual, acusaciones a la clase gobernante inglesa por parte de los trabajadores. Significado de la alianza ruso-inglesa, importancia mundial del afianzamiento de una política progresista en EEUU. Limitaciones a la política de Churchill; revolución por consentimiento y el partido laborista, dificultades por la estructura de las clases en Inglaterra.
Capítulo VI: El aspecto internacional: Por qué fracasó Versailles, falsas diagnosis de los años interbélicos, los problemas internacionales son función de la estructura social, planes de paz. Relación entre soberanía y evolución de la estructura social, las experiencias inglesas, alemanas, norteamericanas y rusas, los fenómenos imperialistas. Organización de la paz dependiente de la estructura económica del mundo, dificultades a una nueva estructuración. Solución de los problemas de postguerra en Alemania. Seguridad internacional, soluciones propuestas, una nueva sociedad de naciones.
Capítulo VII: La amenaza de contrarevolución: la contra-revolución, su naturaleza, elan y carácter antidemocrático, técnicas, condiciones que permiten su triunfo; carisma del caudillo. Antecedentes históricos profundos , sus dos principios; negación de las aspiraciones populares. Diferencias con la experiencia rusa, reacción. La derrota del Eje es sólo una fase de la derrota de la contra-revolución. Posibilidades de contra-revolución en Inglaterra y EEUU. Un ideal revolucionario como arma de lucha, los países colonizados del lejano Este, Filipinas, India. Sistema educativo inglés, proyectos e intentos de reforma. La posición contra-revolucionaria: el plan de educación del partido conservador. Raíces históricas y sociales de la educación contra-revolucionaria. Limitaciones de la política de Churchill; el compromiso con el partido laborista y sus consecuencias.
Capítulo VIII: Libertad en una democracia planificada: la crisis actual: comienzo de la era de la sociedad planificada: para el privilegio o para la comunidad. Control estatal de la economía. Análisis y refutación de las objeciones que ven en la planificación la muerte de la democracia y la libertad. Planificación y “libertad de mercado”, la experiencia rusa y de los países de economía privada. Condiciones y alcances de la libertad en una sociedad planificada. Transformación por consentimiento de la actual economía. Planificación en tiempo de guerra en Inglaterra: no desvirtúa la libertad. Sindicatos obreros en sociedad planificada. Carácter negativo de la libertad en la democracia burguesa.
Deja un comentario