“ Psicología de masas del fascismo” de Wilhelm Reich; 1° edición, Barcelona, Editorial Bruguera, 1980. Título original: Die massenpsychologie des faschismus. Traducción de Roberto Bein. Prefacio de Mary Higgins, Trustee del Wilhelm Reich Infant Trust Fund, New York 1980. En esta edición debajo del título está inserta una máxima: “Amor, trabajo y conocimiento son la fuente de nuestra vida. También deberían gobernarla”. En toda su vida, Reich jamás desmintió ni dejó de acatar esta noción.
Reich cuenta que este libro nació entre 1930-33, se escribió en 1933, primera edición publicada en septiembre de ese año. Estaría bueno investigar si este fue el primero o uno de los primeros trabajos dedicados a explicar el fascismo, sobre todo desde la perspectiva psicológica además de la política y social.
Hay un prólogo a la tercera edición corregida y aumentada fechado en Maine (USA) en agosto de 1942. Mientras se escribía este prólogo había pasado Midway, se estaba luchando en Guadalcanal y en Rusia se producían las terribles batallas de ese año.
La obra tiene un glosario y se compone de trece capítulos, uno más importante que el otro detallando y explicando incontrastablemente el origen de los fascismos. En el primer capítulo: “La ideología como poder material”, detalla por ejemplo la estructura económica e ideológica de la sociedad alemana entre 1928 y 1933, fundamental para entender por qué no se cumplió la teoría de Marx en un país con grandes partidos de izquierda y enorme clase proletaria.
Reich describe la situación en Alemania y en el mundo: el fascismo gobernaba o era el principal partido en muchos países aun siendo el representante más duro de la reacción económica y política y superaba a los partidos socialistas en cantidad de votos y movilización de masas. Hace una pormenorizada y justificada crítica del fracaso de las izquierdas y del marxismo en general. La forma de discurrir y explicar los temas es racional, apoyada en datos concretos y desde una óptica positiva, fácil de leer y comprender. Aparecen ciertas nociones como: “sexo-economía democrática del trabajo”, “democracia laboral”. La política marxista no tuvo en cuenta la estructura caracterológica de las masas ni el efecto social del misticismo que se depositaba en ellas desde varios sectores. El “marxismo vulgar economicista” afirmaba que la crisis económica entre 1929 y años siguientes debía llevar a las masas había la ideología de izquierdas pero las masas sin embargo fueron hacia la derecha, votando progresivamente al nazismo. Aquí aparece la “brecha” entre la base económica que supuestamente autorizaba a esperar que las masas apoyaran a los partidos socialistas y de izquierda y la ideología de esos mismos sectores que se derechizaban. No acepta explicaciones como “psicosis”, “consecuencia de Versalles” o “chauvinismo” para explicar esa enorme brecha.
El punto dos de este capítulo es primordial para entender los votos a la derecha y al fascismo antes de 1933, con amplio detalle de clases sociales y oficios separados en dos ítems: material e ideológico, predominando esta última tendencia en los resultados electorales de 1932, sobre todo de parte de los sectores medios y de la pequeña burguesía. Se pregunta acerca de la estructura ideológica de las masas respecto de la base económica de la que surgió, contesta describiendo los postulados del “marxismo vulgar”, el cual: “…separa esquemáticamente el ser económico del ser social en general, y afirma que el ser económico determina por sí solo y de modo inmediato la “ideología” y la “conciencia” de los hombres”. Reich postula que: “… nuestra psicología política…es la búsqueda del “factor subjetivo de la historia”, de la estructura caracterológica de los hombres de una época y de la estructura ideológica de la sociedad que ellos forman”.
Reproduce las cifras del censo de población alemana de 1925 en cuanto a la situación socio-económica y su correlación con la ideología que sustentaban. Las cifras de la estratificación ideológica calculadas coinciden aproximadamente con los resultados electorales de 1932, donde los comunistas y socialdemócratas reunieron de doce a trece millones de votos y el Partido Nacional Socialista y los Alemanes nacionales juntos de 19 a 20 millones de votos. Lo decisivo no fue la estratificación económica sino la ideológica, los sectores medios pequeño burgueses tenían más importancia que lo que se había sospechado.
Página 35, capítulo 1: “la política marxista no había tenido en cuenta, en su práctica política, la estructura caracterológica de las masas ni el efecto social del misticismo. Quien haya seguido y experimentado prácticamente la teoría y la práctica del marxismo entre 1917 y 1933 en la izquierda revolucionaria, debía comprobar que estaban restringidas al terreno de los procesos objetivos de la economía y a la política de Estado, pero que ni seguían atentamente ni captaban el llamado “factor subjetivo” de la historia: la ideología de las masas, en su desarrollo y contradicciones…” “No se aplicaba el materialismo dialéctico a fenómenos históricos nuevos, y el fascismo era un fenómeno que Marx y Engels ignoraban y que Lenin había percibido sólo en sus primeras manifestaciones. La concepción reaccionaria de la realidad pasa por alto las contradicciones y condiciones reales de ésta; la política reaccionaria se sirve automáticamente de aquellas fuerzas sociales que se oponen al desarrollo; ello lo puede hacer con éxito sólo mientras la ciencia no descubra por entero a las fuerzas revolucionarias que deben superar a las reaccionarias…en la base de masas del fascismo, en la pequeña burguesía rebelde no habían hecho su aparición sólo las fuerzas sociales regresivas, sino también unas fuerzas enérgicamente progresivas; nadie había visto esta contradicción y es más: hasta poco antes de la toma del poder por Hitler, el papel de la pequeña burguesía se hallaba en un segundo plano.”
Para tener idea del contenido total del libro, las investigaciones y el panorama general de objetivos, nada hay más revelador que el Indice:
Prefacio- Prólogo- Glosario
I-La ideología como poder material:
- La brecha – 2. La estructura económica e ideológica de la sociedad alemana de 1928 a 1933.-
- La propuesta de la psicología de masas- 4. La función social de la represión sexual.
II- La ideología de la familia autoritaria en la psicología de masas del fascismo:
- El Führer y la estructura de masas- 2. Los orígenes de Hitler- 3. La psicología de masas de la pequeña burguesía- 4. Los vínculos familiares y el sentimiento nacionalista- 5. El amor propio nacionalsocialista- 6. El aburguesamiento de los trabajadores industriales.
III- La teoría racial:
- Su contenido- 2. Las funciones objetiva y subjetiva de la ideología- 3. Pureza racial, envenenamiento de la sangre y misticismo.
IV- El símbolo de la cruz gamada.
V- Los supuestos sexo-económicos de la familia autoritaria.
VI- El misticismo organizado como organización antisexual internacional:
- El interés de la Iglesia- 2. La lucha contra el “bolchevismo cultural”- 3. El recurso de apelar al sentimiento místico- 4. La meta de la revolución cultural a la luz de la reacción fascista-
VII- La economía sexual en la lucha contra el misticismo:
- Los tres elementos fundamentales del sentimiento religioso- 2. Cimentación de la religión a través de la angustia sexual- 3. La dignidad personal sana y la neurótica.
VIII- Algunas cuestiones de la práctica sexo-política:
- Teoría y práctica- 2. El combate contra la mística librado hasta ahora- 3. La felicidad sexual contra la mística- 4. La erradicación individual del sentimiento religioso- 5. La práctica de la economía sexual y las objeciones contra ella- 6. El hombre apolítico.
IX- Las masas y el Estado:
- 1936: decir verdades…pero ¿cómo y cuándo?- 2. ¿Qué es lo que ocurre en el seno de las masas?- 3. Los “anhelos socialistas”- 4. La “extinción del Estado”- 5. El programa del Partido Comunista de la URSS (1919)- 6. La “introducción de la democracia soviética”- 7. El desarrollo del aparato del Estado autoritario a partir de relaciones sociales racionales- 8. La función social del capitalismo de Estado.
X- La función biosocial del trabajo:
- El problema de la “disciplina laboral voluntaria”.
XI- ¡Dad responsabilidad al trabajo vitalmente necesario!:
- ¿Qué es la “democracia laboral”?- 2. ¿Qué hay de nuevo en la “democracia laboral”?.
XII- El cálculo biológico erróneo en la lucha humana por la libertad:
- Nuestro interés por el desarrollo de la libertad- 2. Rigidez biológica, incapacidad para la libertad y concepción mecánico-autoritaria de la vida- 3. El arsenal de la libertad humana.
XIII- Acerca de la democracia laboral natural:
- Investigaciones sobre las fuerzas sociales naturales para vencer la peste emocional- 2. El trabajo en contraste con la política- 3. Nota sobre la crítica objetiva y la crítica irracional y rebuscada- 4. El trabajo es racional por naturaleza- 5. El trabajo que es vitalmente necesario y el que no lo es.
La riqueza del libro, de la obra, es extensa, compleja y profunda, no hay tema social o político esencial del siglo XX que no esté definido o mencionado y explicado. Basta abrir y leer una página al azar para encontrarse con una clara y concisa explicación de un tema histórico, vaya un ejemplo real: abro por azar el libro en la página 270, capítulo “Los anhelos socialistas”: “A partir de la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, la orientación internacional y humana general fue recuperando terreno” Este es un hecho concreto de ese momento histórico y su enunciado da la medida real de la intervención norteamericana y lo que produjo en los ánimos de las naciones ya oprimidas, la URSS invadida y la Europa cautiva.“¿Cómo pueden dominarse a tiempo la falta de responsabilidad social y la propensión al autoritarismo de las masas humanas?, ¿cómo puede impedirse que de ésta segunda guerra internacional, que con justa razón se llama guerra ideológica y no económica, surja una nueva descomposición, aún más brutal y mortífera, en nacionalismos…chauvinistas y fascistas-dictatoriales?» Escrito en 1944, para la misma época que Harold Laski en su “Reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo”, reseñada en este blog; un correlato absoluto del trabajo de Reich en “Psicología de masas del fascismo”.
En plena guerra, esta gente veía claro y lejos, proporcionaba el diagnóstico y el tratamiento a aplicar, porque: “…La reacción política vive y opera en el seno de la estructura, del pensar y actuar de las masas oprimidas bajo la forma del blindaje del carácter, el miedo a la responsabilidad, la incapacidad para ser libres y, last but not least, como mutilación endémica del funcionamiento biológico. El destino de los siglos venideros depende de que puedan, o no, solucionarse”. “Los anarquistas (anarco-sindicalistas) ambicionaban el autogobierno social; pero rehuían tomar conocimiento de los abismales problemas de la incapacidad de los hombres para ser libres, y rechazaban toda dirección de la evolución social. Eran utopistas y sucumbieron en España” .
Y en este capítulo son imperdibles también los alegatos acerca del catolicismo, la social-democracia y los gobiernos burgueses de Europa.
¿Acerca de Lenin y la Rusia bolchevique?: pag 276: “(para Lenin)…la social democracia ha fracasado; la masa no puede conquistar la libertad de modo espontáneo y por su propia voluntad. Necesita una dirección con una estructura jerárquica que actúe autoritariamente pero que a la vez sea estrictamente democrática en su interior…la “dictadura del proletariado” es la forma social que lleva de la sociedad autoritaria al orden social sin autoridades, auto regulado, sin presión policial ni moral compulsiva. En el fondo la Revolución Rusa de 1917 era político-ideológica, no una auténtica revolución social. Se basaba sobre ideas políticas que derivaban de la política y de la economía y no de la ciencia del hombre. Tenemos que entender muy bien la teoría sociológica de Lenin y sus realizaciones para comprender sus puntos flojos que luego hicieron posible la técnica autoritario-totalitaria de la conducción rusa de las masas»
Acá viene a la memoria una posible explicación de estos puntos en la obra de Arthur Koestler “El cero y el infinito”, en los diálogos entre Rubashov y Gletkin.
«Es necesario destacar que la naturaleza biopática de las masas humanas era desconocida para los fundadores de la Revolución rusa. Pero ninguna persona sensata espera que la libertad social e individual se encuentre lista y planificada en el cajón de escritorio de los pensadores y políticos revolucionarios. Todo nuevo esfuerzo social se basa en los errores y las omisiones de los anteriores sociólogos y dirigentes revolucionarios. La doctrina de Lenin sobre la “dictadura del proletariado” reunía una serie de condiciones para establecer una auténtica democracia social…pero de ningún modo todas. Perseguía el objetivo de la sociedad humana que se autogobierna. Comprendía que el hombre actual aún no es capaz de avanzar hacia la revolución social sin una organización jerárquica, ni de concretar las enormes tareas sociales sin una disciplina y una lealtad autoritarias. La dictadura del proletariado en el sentido leninista se debía convertir en la autoridad que debía establecerse para eliminar cualquier tipo de autoridad. Se distinguía originalmente de la ideología dictatorial fascista en algo fundamental: se planteaba la tarea de autodestruirse, de sustituir el gobierno autoritario de la sociedad por el autogobierno social. Además de establecer las condiciones económicas para la democracia social, la tarea de la dictadura del proletariado era a la reestructuración del hombre a través de la completa industrialización y tecnificación de la producción y el comercio. Pese a que Lenin no había empleado estos términos, la reestructuración era un componente esencial e inseparable de su teoría sociológica: la revolución social no tenía sólo la tarea de eliminar las formalidades superficiales y las condiciones reales de la servidumbre, sino esencialmente la de crear en los hombres y en las mujeres una incapacidad para ser explotados. La creación de las condiciones económicas para instaurar la democracia social, de la economía socialista planificada, resultó con el tiempo una tarea nimia, si se la comparaba con la reestructuración caracterológica de las masas. Para entender la victoria del fascismo y el desarrollo nacionalista en la URSS es indispensable captar este problema en todo su alcance.”
(«Para entender la victoria del fascismo»: se refiere a 1933 en Alemania y «..el desarrollo nacionalista en la URSS»: se refiere al stalinismo de las decadas de 1920 y 1930)
Links sobre W. Reich:
cewr57@msa.com : Centro de Estudios Wilhelm Reich, Buenos Aires, Argentina
Bibliografía:
Ilse Ollendorff de Reich, “Wilhelm Reich, una biografía personal”, 1° edición, Buenos Aires, Granica editor, 1972.
Wilhelm Reich, “Materialismo dialéctico y psicoanálisis”, 2° edición corregida, Mexico, Siglo XXI editores, 1989. En la página 155 importante evaluación del 30 de junio de 1934.
Se puede pensar en las aspiraciones de Reich en cuanto a lo social del psicoanálisis leyendo casualmente “El malestar de la cultura”, de Sigmund Freud, 2°edición, Buenos Aires-Madrid, Amorrortu editores, 2011, en el capítulo 8 ,pagina 138-139:
“Yo opino que mientras la virtud no sea recompensada ya sobre la Tierra, en vano se predicará la ética. Paréceme también indudable que un cambio real en las relaciones de los seres humanos con la propiedad aportaría aquí más socorro que cualquier mandamiento ético; empero, en los socialistas, esta intelección es enturbiada por un nuevo equívoco idealista acerca de la naturaleza humana y así pierde su valor de aplicación. El modo de abordaje que se propone estudiar el papel de un superyó en las manifestaciones del desarrollo cultural promete todavía, creo, otros conocimientos. Me apresuro a concluir; pero me resulta difícil esquivar una cuestión. Si el desarrollo cultural presenta tan amplia semejanza con el del individuo y trabaja con los mismos medios, ¿no se está justificado en diagnosticar que muchas culturas –o épocas culturales-, y aún posiblemente la humanidad toda, han devenido “neuróticas” bajo el influjo de las aspiraciones culturales? A la descomposición analítica de estas neurosis podrían seguir propuestas terapéuticas merecedoras de un gran interés práctico. Yo no sabría decir si semejante ensayo de transferir el psicoanálisis a la comunidad de cultura es disparatado o está condenado a la esterilidad. Pero habría que ser muy precavido, no olvidar que a pesar de todo se trata de meras analogías, y que no sólo en el caso de los seres humanos, sino también en el de los conceptos, es peligroso arrancarlos de la esfera en que han nacido y se han desarrollado. Además, el diagnóstico de las neurosis de la comunidad choca con una dificultad particular. En la neurosis individual, nos sirve de punto de apoyo inmediato el contraste que separa al enfermo de su contorno, aceptado como “normal”. En una masa afectada de manera homogénea falta ese trasfondo; habría que buscarlo en otra parte. Y por lo que atañe a la aplicación terapéutica de esta intelección, ¿de qué valdría el análisis más certero de la neurosis social, si nadie posee la autoridad para imponer a la masa la terapia? A pesar de todos estos obstáculos, es lícito esperar que un día alguien emprenda la aventura de semejante patología de las comunidades culturales”
¿Podría ser este «alguien» el maestro Wilhelm Reich?
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