Siguiendo con la obra de Isaac Deutscher: «Stalin, biografía política», página 384:
“A comienzos de 1935, Stalin había abandonado la fútil tentativa de crear un sistema regional de defensa en Europa central para buscar alianzas en el Occidente. En marzo de 1935 recibió a Anthony Eden en el Kremlin” (La pregunta a hacerse es si la elección de Eden fue casual o desde el ´35 Eden tenía un perfil político que años más tarde le valdría ser elegido como ministro de Churchill…)
“El futuro Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Bretaña ocupaba entonces un puesto de importancia secundaria en el Gabinete. Había arribado a Moscú después de hacer visitas similares a Praga y Varsovia. Casi simultáneamente un miembro importante del Gabinete británico, sir John Simon, visitó a Hitler en Berlín. Ello no obstante, Eden recibió una cordial bienvenida en el Kremlin. Era el primero de los Ministros de Su Majestad que hacía una visita oficial al Moscú Rojo. Stalin presidió la recepción que se le ofreció”
Página 385: “Contrariando toda costumbre bolchevique, ordenó que se tocara el God Save the King. …en mayo (1935) justamente después de que Hitler restableció el servicio militar obligatorio…Laval y Benes llegaron a Moscú. Las alianzas ruso-checa y ruso-francesa fueron firmadas. Tanto Laval como Benes fueron agasajados por Stalin….Laval no tenía intenciones de poner en vigor la alianza recién firmada; retardó su ratificación en la Cámara e impidió que los jefes militares franceses discutieran planes de defensa con sus colegas rusos”
(Estos y otros hechos históricos que seguirán revelándose en este Tema Histórico van a dar la pauta de quienes querían una alianza para detener a Hitler y quienes no)
“En el VII Congreso de la Internacional (1935)… todas las teorías, fórmulas tácticas y consignas que se habían venido utilizando desde 1928 –la opinión de que el fascismo y la democracia eran “gemelos”, la prohibición de la colaboración con los dirigentes socialdemócratas,etc.- fueron relegadas tranquilamente a los desvanes de la Comintern…los socialdemócratas y los comunistas fueron exhortados a darse las manos y formar “Frentes Populares” que habían de incluir a todos los partidos y grupos de clase media, liberales, radicales y aun conservadores que se declararan dispuestos a oponerse al fascismo”
(Respecto a fascismo y democracia como “gemelos” más de un autor considera a las democracias occidentales como “pseudodemocracias”, por ejemplo Miguel Benario y aún Harold Laski; sólo basta considerar un ejemplo: el apaciguamiento a Hitler por parte de Gran Bretaña y Francia. Justo es reconocer que Trotzky venía escribiendo y publicando desde 1932 la unión de socialdemócratas y comunistas en la Alemania pre-hitleriana)
Pag. 386: “Dimitrov, héroe del proceso de Leipzig por el incendio del Reichstag y cuyo nombre era ahora el símbolo del antifascismo militante, entró en el Comintern… nos parece justificable afirmar que de 1935 a 1937 y aún más tarde, Stalin se esforzaba genuinamente por crear una coalición antihitlerista. Todo entonces parecía atestiguar que la tradición bismarckiana de la diplomacia alemana había sido derrotada en toda la línea. En la concentración efectuada en Nüremberg en septiembre de 1936, Hitler habló de Ucrania y Siberia como parte del Lebensraum (espacio vital) alemán, en términos tan enfáticos y vehementes que parecían excluir hasta un entendimiento transitorio entre él y Stalin”.
Pág. 387: “El pacto ruso-francés de ayuda mutua siguió siendo un mero pedazo de papel, incluso después que Laval dimitió y Daladier y Blum fueron elevados al poder por el Frente Popular. Francia y la Gran Bretaña se negaron a levantar un dedo frente a las provocaciones de Hitler, a su rearme y a su remilitarización de la Renania. Stalin habría sido el último en creer que el apaciguamiento occidental era motivado por la debilidad o la miopía. ¿Debilidad? ¡Pero si dos y hasta tres años después del restablecimiento del servicio militar obligatorio por parte de Hitler, la Wehrmacht todavía no podía considerarse como una fuerza militar de importancia! Al igual que la mayoría de los estadistas, Stalin aún veía al ejército francés coronado con los laureles de 1914-18 y, como veremos más adelante, continuó sobreestimándolo hasta 1940. Sus consejeros militares y diplomáticos le decían, y no se equivocaban, que en aquella etapa los adversarios de Alemania podían detener a Hitler, durante algún tiempo cuando menos, mediante la mera amenaza de acción militar. ¿Miopía? ¿Pero no era claro acaso que la coalición del capitalismo, el militarismo y el nazismo alemanes no se proponían meramente rectificar los agravios de Versalles, y que la ambición imperialista de Alemania crecería junto con su poderío militar? Como ya sabemos ahora, la debilidad y la miopía no faltaban entre los muchos factores que favorecían el apaciguamiento occidental. Ello no obstante, Stalin aparentemente no concibió tales flaquezas en los estadistas democráticos burgueses. Sospechó que los franceses y los británicos consentían el resurgimiento del militarismo alemán porque confiaban en desviar su ímpetu contra Rusia, del mismo modo que lo habría desviado él si hubiese podido, contra el occidente… Era innegable que, para los círculos gobernantes británicos y franceses, la idea de una coalición con los Soviets seguía siendo repugnante, aún cuando la antigua hostilidad contra la URSS se había mitigado en parte; que algunos de los estadistas occidentales más importantes veían al nazismo como un dique efectivo contra el bolchevismo; y que algunos entre ellos acariciaban en verdad la idea de convertir ese dique en un ariete y que, finalmente aún entre aquellos que comprendían la ineludible necesidad de una alianza con Rusia, no faltaban quienes se preguntaban si no sería una buena política dejar que Alemania atacara primero a Rusia”
Página 388: “…Los bolcheviques, en verdad, no habían planeado exportar revoluciones; habían creído que toda revolución debe crecer y madurar en su suelo nacional; pero habían abrigado la esperanza de estimular los procesos de crecimiento…”
No por casualidad “en el momento de máxima expansión Alemania, Rusia estaba casi totalmente aislada. La crisis de Munich subrayó ese aislamiento y lo hizo insoportable. Durante la crisis Stalin mantuvo un silencio incómodo, como era habitual en él en tales momentos. Pero se sintió alarmado y humillado en lo vivo”
Cada vez que en los textos sobre la época se nombra a “Stalin” no hay que olvidar que todo el pueblo soviético estaba “alarmado”, todas las fuerzas motrices de la nación estaban en peligro y “alarmadas” siendo que lo que más necesitaban era la paz. Invariablemente, con pocas excepciones, se presenta a Stalin como al demiurgo ruso, siendo que no estaba solo en la dirección política de la URSS, que sostenía la crítica de otros dirigentes de alto nivel. Ver los informes del embajador norteamericano en Moscú Joseph E. Davies en su libro “Misión en Moscú”.
Página 391: “Se podría creer”, dijo (Stalin) unos meses más tarde, que a los alemanes se les ha entregado las regiones de Checoeslovaquia como precio por el compromiso de iniciar la guerra contra la Unión Soviética” Y Deutscher: “No podía explicarse de otra suerte las razones que habían movido a Chamberlain y Daladier a ayudar a Hitler, voluntariamente, a mutilar a Checoeslovaquia. Ahora no sólo todo lo que se dijera sobre la seguridad colectiva sería ridículo; no sólo la Sociedad de las Naciones y su Consejo, del que Rusia era miembro permanente, eran pasados por alto e ignorados, no sólo era Rusia desdeñada por la Gran Bretaña, con la que no tenía ningún pacto formal, sino que Francia había roto virtualmente su alianza con Rusia ante los ojos de todo el mundo. Las alianzas entre Rusia y Francia, Francia y Checoeslovaquia, Rusia y Checoeslovaquia habían estado vinculadas entre sí. Francia y Rusia se habían comprometido a defender con las arma s a Checoeslovaquia; pero Rusia había estado obligada a ir a la guerra después que Francia lo hubiese hecho. Ignorando los intereses y el amor propio de su aliada, tratando a su futuro enemigo como un aliado real y a su aliado nominal casi como un enemigo, Francia invitaba a Rusia a pagarle con la misma moneda” (Lo resaltado en negrita es mio)
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