Se enviaron dos escuadrillas de PBY, excelente avión de reconocimiento, desde Hawaii a Midway.(«Increible victoria, pag. 80 y siguientes). Los pilotos no sabían hacia donde tendrían que volar, pronto se enteraron. Aterrizaron en la isla Eastern de Midway después de nueve horas de vuelo. «Cuando el jefe de vuelo, teniente Charles Hibberd, llevaba su PBY al hangar, la tripulación se sorprendió al ver que les estaba esperando un hombre en un tractor con un torpedo montado sobre un remolque. Se quedaron más asombrados aún cuando les dijo que el torpedo era para ellos, que los otros tres PBY serían igualmente equipados, que los cuatro aviones constituían una «fuerza de choque» y que había que salir al encuentro de la Flota japonesa. El navegante de Hibberd, alférez James Boyden, no podía tomarse aquello en serio.El anfibio PBY era un maravilloso avión de patrulla,, pero alcanzaba una velocidad de crucero de sólo 160 km por hora…Boyden fué a tomar un bocado, el comedor estaba abarrotado de hombres con equipo de vuelo. El ambiente era grave, casi sombrío…no tardaron en formarse una idea general de la situación: una gran fuerza japonesa hacia el sudoeste…los B-17 bombardeándola…el enemigo dirigiéndose a Midway…(había) una especie de sentimiento de «última cena».
«Logan Ramsey se encargó de darles las instrucciones de vuelo. Explicó que habían sido elegidos para lanzar un ataque nocturno con torpedos y aunque eso nunca se había hecho hasta entonces, «debemos arrojar contra ellos todo lo que tenemos». Siguió diciendo que se haría de forma por completo voluntaria. Si creían que no podrían hacerlo, no se les exigiría que fueran. Aguardó, estudiando sus rostros. No se dijo ni una palabra. El alférez Gaylord Propst miraba sombríamente al suelo. El teniente Douglas Davis permanecía mudo, más por efecto de la sorpresa que por ningún ardiente deseo de llevar a cabo una misión suicida». Nota del blog: como que los casi primeros kamikazes de la guerra fueron estos PBY…
«El alférez Boyden miraba en silencio a Ramsey, tratando de leer los pensamientos del comandante. El rostro de Ramsey delataba las pocas esperanzas que tenía de volver a verlos de nuevo, lo mucho que detestaba hacer lo que se veía obligado a hacer…debían buscar un portaaviones…el ataque sería dirigido por el teniente W.L.Richards, oficial ejecutivo de la escuadrilla de reconocimiento 44…afuera los mecánicos sujetaban los torpedos en los PBY, uno debajo del ala de estribor de cada aparato…En el aparato del teniente Davis, se preparó y se sirvió café, mientras tomaba un sorbo, Davis sopesó las probabilidades que tenía de salir con vida aquella noche y experimentó unas ligeras nauseas»
Pasada la medianoche el radar localizó a dos columnas de buques escoltados por destructores, sin hacer movimientos evasivos se dirigían hacia Midway. «Buscando el «portaaviones», Hibberd eligió un buque bajo y alargado e inició su pasada final. Era una tarea que le incumbía exclusivamente a él. Tenía que pílotar el avión y al mismo tiempo, manipular el lanzador del torpedo…Los demás se acurrucaban en sus puestos mirando por las ventanillas…estaban a treinta metros del agua…Aún no había ninguna señal que los japoneses sospecharan nada, pero aquella pasada parecía estar durando una eternidad»
Este fué el segundo ataque norteamericano y sorprendió a los japones, de hecho se efectuó antes del ataque planeado a MIdway a 600 millas mar adentro.
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